| Résumé: | Podrían haber sido simplemente ilusiones por parte de la presidenta Gloria Macapagal-Arroyo —o GMA, como la prensa se refiere frecuentemente a ella— cuando anunció en su segundo discurso sobre el estado de la nación ante el Congreso en julio que ella pretende ser recordada por construir una “República fuerte”.¹ A pesar de que su administración ha sorteado varias crisis desde su inicio en enero de 2001, siguiendo la salida del presidente Joseph Estrada, las Filipinas se encuentran hoy muy lejos, en cualquier aspecto, de lo que podría ser considerado como un país fuerte.
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