| Resumo: | Ya no es posible ignorar los avances que Camboya ha venido realizando desde 1993 en materia de alcanzar la “normalidad”. El año 2001 fue notable, en términos comparativos, por la ausencia de catástrofes mayores. A dos años de la rendición del Khmer Rouge, la guerra de guerrillas ha sido prácticamente olvidada. Durante la primera mitad del año hubo un modesto crecimiento económico. Los programas de confiscación de armas progresaron, y los planes de lidiar con la pobreza y desmovilizar las tropas comenzaron a materializarse. Se terminó de construir un puente espectacular sobre el río Mekong financiado con capital japonés, y también se concretaron otros proyectos significativos, privados y estatales, para la construcción de infraestructura básica. Todos estos avances nos permiten sentirnos optimistas.
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